La Viuda Y MI ABUELO.
Todo ha sido árboles por allí. Ha habido una pampa grande donde ha habido un sapote. Cuanto viejo, que de viejo se había caído y que años estaba este tronco años y años. Como en esta época había bastante leña. Nadie le daba importancia a este tronco.
Bueno. Mi abuelito me cuenta que estaba que no podía dormir a medianoche. La luna era bien clarita y dice que de repente escuchó una tropezada de caballos, un labradero de perros que aullaban, que dijo:
-Ve, ahí va a venir mi yegua con los caballos. Se habrán bajado a tomar agua al río.
Bueno, como estaba despierto, se salió afuera e la calle. Dice que al ver que no habla nada de caballos, pero el tropel seguía. Dice que dijo,
-Amigo, ¿y esto qué cosa es? No hay caballos y ¿por qué suenan las patas de los caballos por allí?
Y dice que de repente ve un bulto negro sentado.
-¿Quién será esta mujer que está allí sentada en el tronco?
Bueno, i1 abuelito dice que él se va acercando más allá. De repente la ve que la mujer, ya mas cerca la ve, que se peinaba y peinaba. Pero grandazo el pelo, todo negro. Dice que se levantó la Mujer, se paró. Comenzó a caminar, entonces el pelo le arrastraba y sonaba corno piel de chivo tieso, que le arrastraba por el suelo. Comenzó a sosar bien feo.
-Ni para los cojudos me quedo aquí. Es la viuda, dijo
Se entró corriendo a su casa, ah! la dejó en la calle. Ni mas salio a verla en la noche.
LA VIUDA Y EL CORMERCIANTE.
Ni hermano, que ahora vende en el mercado en Chulucanas. Me cuenta que un amigo de él venia de Canchaque ò de la sierra. Venia a vender. Vino y a su casa y le avisaron:
-Oye, te han llamado por teléfono, que tu hermano viene de Chiclayo y pasa a tumbes. Que vayas ahora porque ya no puede venir por acá. Que te espera con la mercadería en el hotel Vicús. Tienes que ir rápido.
El senior solo almorzó y se ha ido a Piura, por la línea, en comité pagando carrera, se ha ido de tarde. Ha llegado al hotel Vicús, ha encontrado a su hermano que le dijo;
-Bueno ahí te traigo la carga, lleva toda la merca.
-Bueno antes que te vas. Vamos a tomar un parcito de cervezas bien heladas.
Se han ido a tomar, se ha hecho tarde ya. Se ha venido como a eso ya de las ocho de la noche. Pues venia en un carro que pasaba a la sierra, allí se vino en este carro, pero que le dijo el dueño. -
-Yo no a dentro a Chulucanas. Solo paso de frente a Morropón.
-Ya no importa déjeme en e] Cincuenta. Se ha venido y estando cruzando por el Cincuenta se quedó. Y dijo
¡Y ahorita!
el tenia un amigo en el Cincuenta que tenia una camioneta. Dijo:
-Este, voy a ver a mi amigo aquí, para que me lleve a Chulucanas.
Se fue a despertar a su amigo. Entonces su amigo ya sabía que a estas horas no se puede transitar; un camionero no puede transitar solo. Para esto era ya como las diez y once de la noche. Que se puso a tornar café y le dijo:
-iAnda! Aquí, si me quedo con mi carga, me puedo dormir y alguien me hace el avión con la mercadería. ¡Vamos! Te pago la carrera para que me lleves a Chulucanas! ¿A estas horas te voy a llevar? estas loco
¿por que?, te pago la carrera. Hermano, hazme este favor.
no. te lo digo hombre, es muy de noche y no te puedo llevar. Duerme aquí no mas, mañana te voy a dejar. Temprano te vas.
Si es que tengo que alistar carga ahora en la noche mismo, para mañana. Voy a salir a la fiesta.
Se iba a una fiesta.
-Por esto que ahora mismo he recibido una llamado telefónica y al toque me fui a Piura. A llevar la carga. Tengo que preparar, seleccionar la ropa, repartir. y entonces que le dijo el amigo:
-Bueno pues, vamos a ir, voy a sacar el carrito para
ir.
Ha sacado la camioneta. ¡Dijese! que ha habido un chiquito de esos que venden pan, era de Chulucanas y que ningún carro lo quiso traer. ¡Fijase! pobrecito el chiquillo, allí estaba con su canastón de pan sin pan ya que habla vendido todo su pan. Pero alzaba la mano para que lo traigan los carros y ninguno lo habla querido traer. Entonces e] chiquito estaba por allí por la carretera esperando que tal vez lo traiga un carro.
Dicen que alzaron la carga. ¡Vamos!, ¡vamos!, venían conversando de cosas algo por el estilo.
-Señor. Lléveme a Chulucanas. Dijo.
Dijo el señor que se venia con la carga:
-Oye, hay que llevar al chiquito, pobrecito. Como se busca la vida acá. Así desde chico se aprende a trabajar y como se sufre, no. Hay que llevarlo hombre. Hermano, dile que suba su canastón allá arriba.
-Ya. ¡Sube!
Subió el chiquito atrás.
Que le dijo el dueño del carro:
-no. dile que suba acá adelante.
-Ven. Ven, sube acá.
Y lo puso en medio de los dos. Y bueno se vinieron del Cincuenta a Chulucanas.
Conversaban. Y en todo e] cruce, dende dice “Feliz viaje” hay un cartel allí que dice “Feliz Viaje”, dice que allí venia. Cuando en el foco del carro veía una mujer, toda vestida de negro, que se le cruzaba en la pista, pero que se le arrastraba el pelo, todavía arrastraba el pelo desde allá,
Que dijo.
—Hermanito, ¡la viuda!
Zuunm! ha hecho un quiebre en e] volante y otra vez entra en la carretera. Que le dijo el dueño del carro:
— ¡NO la mires hermanito! ¡No la mires!
Dice no mas que le pisaba el acelerador Del carro y se ha embalado a Chulucanas. Dice que le dijo:
-No la mires, porque si no, hoy te priva.
Y él dice, que cuenta que nunca en su vida había visto
Dice que tentó, tentó por mirarla. ¡Uyy! la miró, dice que allí venia la mujer, que como que le rasguñaba el carro. ¡Uyy! que se embaló, se vino. Nos ha seguido un buen trecho.
y llegaron acá en Chulucanas, que dijo el dueño del carro:
-No,. Dijo, aquí me das posada, yo no me voy, ni por vainas al Cincuenta.
Dice que al otro día. Comentaban que todo eso. Dice que dijo el señor:
Yo nunca había oído decir que sale la viuda, que sale la huaca, que el muerto, que tanta cosa, pero ahora yo
he Visto.
Ellos pensaban y decían:
Que tal que si no hubiéramos traído al niño.
Que la salvación de ellos ha sido el panadero. El niño panadero que lo Traian en medio. Porque este niño representaba un ángel todavía que asusta a la viuda, no dejó que le pase nada. Y piensan que todos estos muertos que hay por allí, que no se sabe nada como se mueren, que amanecen muertos, que cómo se chocan. Unos piensan que es la huaca que los hace chocar. Porque allí, en el cerro, entre Chulucanas y Vicús, hay muertos, que aparecen muertos motociclistas y no se sabe cóMo murieron, cómo se chocaron. Por eso que piensan que gracias al niño se salvaron; si no, hubieran chocado.
LAS CUIDADORAS.
Esto escuché de un señor. Siempre cuentan en los chicherios que Iba este señor y se queda a tomar en la Encantada. Y el tenia un burro que era burro hechor. Le llaman burro hechor al burro que se crío con las yeguas desde Chiquito. Entonces caza solamente a las yeguas, para obtener la cría: el macho o la nula. Bueno, este señor estaba con su hechor, estaba tomando en la Encantada. El burro se suelta de la soga y se corre, como era del campo, se va corriendo al campo en busca de yeguas. Y este señor lo sigue.
Ya anciano, no avanzaba a caminar mucho y al momento que sigue al burro, nadie lo ayudó a seguir. Pues era el dueño, no más que se fue. Llega al Zanjón. En La Encantada hay un sitio que se llama el Zanjòn, que es lejos ya, es lejos, queda hacia afuera. El ya no lo seguía al burro. Si no que lo seguía por el rastro y por el arrastradero de la soga. Y allá se le metió por la loma de Gamaraz donde ha habido bastante huaco. Y de ahí, este señor. Hubo una parte en que se le confundió los rastros ya. Andando busque y busque. Entonces, allá ve que el burro habla guaneado, el guano fresquito. El lo vio, dijo:
—i Esto es el burro! ahí está, recién ha guaneado.
Se iba solito, sin miedo decía él. Un señor que no tenía miedo, nada, allí iba por Gamaraz. La loma de Gamaraz donde dicen que asusta también.
Y de repente, él. Que iba así caminando, cuando escucha que alguien conversaba por esa loma solitaria. Oscura y que dice;
-¿quién es ésta que habla por aquí?
Voz de mujer, en eso sanaba como quien va contando plata. Como quien cuenta monedas, una, dos. Tres... Dice que se quedó escuchando el sonido de la plata y se escondió entre los matorrales, entre sapotes y árboles. Había una luz amarrilla y miró, eran dos viejitas. Bien ancianitas, con su ropa bien viejita que sacaban la
plata por un lado y la llevaban por el otro y allí la contaban.
El señor pensó:
-Esto no es cosa de este mundo, estas son las cuidadoras de la loma del Gamaraz. Porque cómo están ahí cuidando.
Dice que agarro y se fue. Allí se quedaron las viejitas que contaban la plata. Se fue siguiendo su burro, no más las vio ya.
EL PERRO NEGRO.
El perro negro es un cuidador de un entierro, me dijeron. Yo pedí una explicación una vez.
¿Y por cuidador?
Me dijeron mis abuelitos:
ve en antes cuando tenía bancos, la gente vendía sus animales y esa plata no la tenían en la casa. Allí en las casas sino la. Iban esconder, por decirle a esa loma. Solo el dueño de la plata sabía donde estaba la plata. Iba en una ollita Tenia la costumbre, para el secreto, para que no hallaran la plata, le enterraban con una cabeza de perro ò un cuero de gato. Este Cuero se lo sacaba y lo cosían y ya servía como bolsa, este cuero. Enterraban allí la plata. Y entonces, si el dueño se moría y no daba a saber que allí quedaba un entierro. Entonces con el tiempo salía un gato. Pero era el cuidador de este dinero. El perro era también cuidador de un dinero. Le ponían solo la cabeza de un perro negro. Al salir, ya no salía la cabeza sola, si no todo completo.
EL PERRO NEGRO Y LA FAMILIA DE MARCELINO CHIROQUE.
Fíjese que una señora vivía cerca de mi casa. Justamente estaba hablando con el señor hace poco, con él esposo de esta finada. Dice que cuando ellos estaban durmiendo llegaba un perro, un perro negro, orejas grandes, de pecho blanco como lanudo y rabo bande rudo, pero enrollado por arriba. O sea, creo que entiendo este perro siempre asustaba a la finada mujer. La despertaba que le lamia dice la cara. Se despertaba y era un perro negro y nadie lo corría a este perro y tenía unos perros que les cuidaba y más bien no lo mordían. Se .ponían a aullar. Se sentaban los perros a aullar dice, no lo mordían como un perro cuando no conoce a otro perro que viene de afuera, se encarachan. O sea se pone malito y se pone a pelear ¿No? Pero este no, mas bien se corrían, volvía con el rabo entre las piernas y se ponían a aullar.
Y así fue. La señora fue cayendo enferma, enferma y enferma, años se fue secando, secando. Y los curanderos le habían dicho:
-Un perro la llegaba a asustar. ¿Es verdad o no?
Dijo la señora:
-Si es verdad. Me llegaba a asustar.
- y no sólo lo has visto si no todos en tu casa lo han visto.
-Si verdad.
-Y e que todos en su casa pues lo vieron siempre salir. O si no tenia costumbre de lamer los platos. Por eso, aunque ustedes laven los platos, al otro día tienen, ustedes que volverlos a lavar.
-O sea que este perro te esta chupando la sangre. Es un perro cuidador de una huaca. Y dice que los curanderos le decía:
.ya no, ya no tiene remedio, ya se la ganó el perro.
Y cierto, murió la señora. Así como le habían dicho los curanderos.
-Va morir bien flaquita. Sequita, porque el perro se la chupé.
Y así fue, murió bien flaquita.
El perro volvió aparecer al señor. Al esposo. Dice que él un vez que estaba con la luz prendida. Durmiendo
Dice, cuando de repente •” ¡Tlac!” Le sentía los lengüetazos en la cara. Dice que despertó. El perro allí Dice que se agarro una pared y se fue dándole garrotazos. Lo que le daba garrotazos, los garrotazos, cuenta, que daban al aire. Nada. Pero él vela bien que le daba, pero
el palo cruzaba cono si cruzaba un humo. Dice que el perro saltó los cercos. Se lo siguió, dice a palos. Un perro distinto, dice, los demás perros .más bien se ponían a aullar. Se lo siguió del corral a la loma. Dice, y por allí se caían los chilalos, de miedo se caían. Dijo él.
-yo creo que esa es la cosa mala, voy a regresar.
Se regresó dice: y de ahí, dice que se hizo curar. De ahí, cambió su casa; vive por aquí no más. Se llama
Marcelino Chiroque, es un señor ya de edad. Dice que el siguió al perro negro, que lo vio así, despierto, que luchó y peleó con él.
- Este perro sale porque va asustando a varios. Asusta porque se le da la gana de salir a asustar, o el que encuentra cuando sale a pasear, lo asusta. Yo soné. Pero viéndolo en sueños, solo en mis sueños, sólo durmiendo y que de ahí donde
una casa que el caterpillar la barrió, por allí atrás. Por esa loma, ahí vive el perro. El perro era cuidador d un entierro de plata.
La mesa mala
Esto le ocurrió a un señor que se llama Marcelino Chiroque Ramos. Bueno él me cuenta que siempre cuando iba a huaquear, siempre encontraba piezas finas y hasta q soñaba un día encontrar algo más bonito aun. Y un día abriendo un canal de regadío aquí en huapalas, por un sitio que se llamaba Monte Zambo. Dice que estaba excavando, y que encontraron una olla. Una olio con tapa. Pero huaca, con bastante piedras finitas, piedras con figuras de peces, pero que brillaban estas piedritas.
Entonces dice que él ha comenzado a hacer bulla, a gritar a sus demás amigos el gritaba: ¡Vengan a ver! ¡Muchachos, Vengan a ver lo que me he encontrado! una olla con cosas adentro.
Entonces los demás muchachos, sus amigos los regadores y trabajadores, fueron a mirar. Y dice que vieron la olla y dijeron: ¡Es olla huaca, es mesa!
Entonces dice que los demás comenzaron a sacar y hubo uno que se llevó unas piedras, el se llamaba Pancho Paz. Aquel hombre se llevó las piedras a su casa junto con la olla.
Bueno naturalmente entró, las guardó en la maleta. De noche sonaban las piedras Trac.... ‘. Sonaban, sonaban En su maleta sonaban sólo de noche, como que brillaban, como chispas de candela. El señor pancho que se llevo las piedras cayo enfermo y murió bien sequito botando sangre, luego el señor Marcelino Chiroque Ramos, cayó enfermo, luego se hizo ver de un curandero.
El curandero le dijo: tu te as hallado un entierro de una mesa. Y esa es una mesa mala, son de los Inca, de los llamados gentiles, y es mala.
Que si era mesa buena no es tuviera el allí Habiéndoles daño a ustedes.
Bueno dijo el curandero: Te voy a curar, pero primero tráeme las piedras, tráemelas para primero arreglarlas y fresquearlas.
-unos de tus compañeros a muerto por que las piedras huacas se lo han comido, se a muerto bien seco, botando sangre. Y ahora se van a ir contra ti, si no te curas. También vas a morir así,
Luego se hizo curar y le llevó las piedras y se las entrego a este curandero.
Esto era una mesa huaca de los Incas, Porque también han existido los curanderos desde la época de los Incas. Posiblemente por un brujo malero que tienen poder hasta hoy. Tengo entendido que cuando las fresquean, comienzan a chuparse las personas que las tienen, ellas necesitan comer, absorber algo, y si las cojeen, al humor de uno se van, para eso el curandero las fresquea, las florece con agua florida, y él ya las toma a cargo, él ya sabe los secretos de éstas artes y quedan como para sus implementos de sus mesas.
EL Diablo de Vicús
El diablo es el demonio; no es huaca sino demonio. Se le conoce por que siempre anda ofreciendo dinero, que se le aparece a ala gente y las priva mejor dicho las desmaya. No esta en las lomas; sino en los cerros, Por ahí es en el cerro Vicús. También hay una cueva del diablo en el cerro ñañañique eso dicen, tanbien ay una marca en forma de pie impregnada en una piedra, por donde camina la gente, esta cerca en las faldas del cerro.
El diablo es diferente a los huacos, averigüe y le van o decir en el cincuenta y en el mismo Chulucanas, que tiempos atrás que hay compactados con el diablo de Vicús.
EL DIABLO Y EL CAMPESINO
Era un campesino que andaba por Vicús que busca de trabajo ya Que tenía sus hijos enfermos, más aun que no encontraba trabajo por ningún lado. Entonces este señor se fue a buscar trabajo muy lejos para las chacras.
En camino para la chacra se encontró aun señor sentado en una piedra, bien vestido, con camisa blanca, con botas y con sombrero chiquito. Bueno el campesino lo saluda: -buenos días señor. -buenos días, que buscas por aquí.
-Señor voy buscando chambita.
-¿sí?, ¿qué no hay trabajo? -No encuentro trabajo. No hay fíjese chamba que tengo a mis hijos enfermos y necesito plata y no hay trabajo. Me voy a esas chacras a ver si por ahí me dan trabajo, para pedir socorro.
Socorro así se llama cuando piden plata adelantado, ósea un adelantito.
-Bueno, sí quieras trabajo te doy. Yo tengo trabajo. - ¡No! Sí en verdad entonces Déme trabajo, pero a ver si me da un adelantito.
-Ya hombre, te puedo dar. Mira, ándate por este camino, cruza una puerta, la tercera puerta. Ahí vas a encontrar una casa y entonces llegas de parte mía, de parte del Patrón. Vas que te den plata, lo que tú quieras.
-¡ah Ya señor, muy bien!
Se ha ido este campesino. Ha llegado a una puerta, una puerta que no había Visto él; es que él no había visto por el camino. Ha cruzado esta puerta, luego otra, la tercera, allí vio gente, el campesino les dijo el señor:
-Sabe que vengo de parte del Patrón; Que si me podrían dar un adelanto que me den plata, plata que voy a trabajar aquí.
-Ah, ya, pero pasa adelante le dijeron.
Dice que le sacaron unos paquetones de plata.
-¡Abre tu alforja! ¡Plaf!, le echaron la plata en la alforja.
El campesino se asombró de tanta plata, paquetones pues de plata, que su alforja casi la llenan. Y él se regresó otra vez y dice que todavía veía al señor allí sentado.
-Ya te dieron la plata, ya anda, anda pero no te vayas a quedar. Tú tienes que venir aquí mañana, cuidado con quedarte.
-No señor, Mañana llego a trabajar.
-Ya pues, anda, lleva esta plata a tu casa, guárdala.
-muy bien le dijo, ¿Por qué me habrá dado tanta plata? Se dijo y se vino a pie.
En esa época rondaban los tenientes, los tenientes gobernadores rondaban.
Y entonces lo encontraron a este señor con la plata, y
el teniente, creyendo que era un hombre que andaba robando, lo capturo.
¿Y de donde has sacado toda esta plata?
No sé. Me la ha dado un señor allí.
¿Cual señor?
—Un señor ahí que me ha dado plata para que mañana le trabaje.
-¡No! tu andas robando dijo. ¿De dónde eres? ¡No! esta plata va conmigo dijo el tal bayona así era el apellido de este señor que le quito la plata, diciéndole: ¡Tu eres un ladrón!, te andas robando la plata.
Luego lo corrió al campesino, al ver esto el campesino se ha regresado.
Se cree que este señor Bayona le había quitado la plata a este campesino. El campesino se vino e darle a saber al señor, al cual Lo encontró todavía ahí sentado.
El campesino Le dijo: Señor sabe que le vengo a dar una mala noticia. -¿cual es?
-Fíjese que me encontró el teniente y dice que plata era robada y me la ha quitado Todi titita.
-Ah, dice:
-Recién te has salvado dijo, recién t te has salvado, pero él que te ha quitado la plata, ese se va ir conmigo. Anda que te den plata otra vez, pero esta es para ti ya.
Tú estas salvo. Llévate ésta plata para ti ya.
Ha ido este señor y le han dado otra vez, y ésta se la ha llevado a su casa.
Justamente En esos días: ¡Pruu.. ! Amaneció y Jo hallaron botado al teniente, que no hablaba hasta que murió. Pero estuvo años y años, solo se secó de la cintura para abajo y no habló. Y creen, tienen entendido que quien sabe, quizás fue que le quitó la plata a este campesino de Vicús y que e diablo lo mató, lo enmudeció para siempre, el diablo de vicus lo enmudeció y murió.
EL DIABLO Y EL BORRACHO.
Dicen que este señor iba bien borracho, por el camino ya bien de tarde ya. Cuando de repente es que lo alcanza un automóvil bien serenito. DICEN QUE HIVAN unos gringos:
-¡OH! dijeron. Plantó el borracho.
-amigo, ¿qué dice? -Señor, ¿qué dijeron? ¿A donde va?
-Aquí no mas. Me voy a mi casita, vengo de acá y me voy
al Cincuenta.
Al cincuenta ò a Vicús, total por esos Lares vivía.
-Suba, suba, por allí lo llevamos.
-¡Ah qué bien! dijo. Me voy en carro ya. Gracias al señor, muchas gracias.
Un carro pero que brillaba nuevecito. Y de repente dice que cuando el estaba arriba en el carro, ha cerrado la puerta dice:
—Gracias a Dios que me voy a ir en carro.
Que al dar arranque el carro
¡Pruwnrn...! El borracho Cayó sentado a la tierra. O sea que mentó a Dios y ¡plac! Se desapareció el carro.
O sea que la palabra de Dios es muy sagrada. Que no se salio con la suya el diablo de Vicús.
Todo ha sido árboles por allí. Ha habido una pampa grande donde ha habido un sapote. Cuanto viejo, que de viejo se había caído y que años estaba este tronco años y años. Como en esta época había bastante leña. Nadie le daba importancia a este tronco.
Bueno. Mi abuelito me cuenta que estaba que no podía dormir a medianoche. La luna era bien clarita y dice que de repente escuchó una tropezada de caballos, un labradero de perros que aullaban, que dijo:
-Ve, ahí va a venir mi yegua con los caballos. Se habrán bajado a tomar agua al río.
Bueno, como estaba despierto, se salió afuera e la calle. Dice que al ver que no habla nada de caballos, pero el tropel seguía. Dice que dijo,
-Amigo, ¿y esto qué cosa es? No hay caballos y ¿por qué suenan las patas de los caballos por allí?
Y dice que de repente ve un bulto negro sentado.
-¿Quién será esta mujer que está allí sentada en el tronco?
Bueno, i1 abuelito dice que él se va acercando más allá. De repente la ve que la mujer, ya mas cerca la ve, que se peinaba y peinaba. Pero grandazo el pelo, todo negro. Dice que se levantó la Mujer, se paró. Comenzó a caminar, entonces el pelo le arrastraba y sonaba corno piel de chivo tieso, que le arrastraba por el suelo. Comenzó a sosar bien feo.
-Ni para los cojudos me quedo aquí. Es la viuda, dijo
Se entró corriendo a su casa, ah! la dejó en la calle. Ni mas salio a verla en la noche.
LA VIUDA Y EL CORMERCIANTE.
Ni hermano, que ahora vende en el mercado en Chulucanas. Me cuenta que un amigo de él venia de Canchaque ò de la sierra. Venia a vender. Vino y a su casa y le avisaron:
-Oye, te han llamado por teléfono, que tu hermano viene de Chiclayo y pasa a tumbes. Que vayas ahora porque ya no puede venir por acá. Que te espera con la mercadería en el hotel Vicús. Tienes que ir rápido.
El senior solo almorzó y se ha ido a Piura, por la línea, en comité pagando carrera, se ha ido de tarde. Ha llegado al hotel Vicús, ha encontrado a su hermano que le dijo;
-Bueno ahí te traigo la carga, lleva toda la merca.
-Bueno antes que te vas. Vamos a tomar un parcito de cervezas bien heladas.
Se han ido a tomar, se ha hecho tarde ya. Se ha venido como a eso ya de las ocho de la noche. Pues venia en un carro que pasaba a la sierra, allí se vino en este carro, pero que le dijo el dueño. -
-Yo no a dentro a Chulucanas. Solo paso de frente a Morropón.
-Ya no importa déjeme en e] Cincuenta. Se ha venido y estando cruzando por el Cincuenta se quedó. Y dijo
¡Y ahorita!
el tenia un amigo en el Cincuenta que tenia una camioneta. Dijo:
-Este, voy a ver a mi amigo aquí, para que me lleve a Chulucanas.
Se fue a despertar a su amigo. Entonces su amigo ya sabía que a estas horas no se puede transitar; un camionero no puede transitar solo. Para esto era ya como las diez y once de la noche. Que se puso a tornar café y le dijo:
-iAnda! Aquí, si me quedo con mi carga, me puedo dormir y alguien me hace el avión con la mercadería. ¡Vamos! Te pago la carrera para que me lleves a Chulucanas! ¿A estas horas te voy a llevar? estas loco
¿por que?, te pago la carrera. Hermano, hazme este favor.
no. te lo digo hombre, es muy de noche y no te puedo llevar. Duerme aquí no mas, mañana te voy a dejar. Temprano te vas.
Si es que tengo que alistar carga ahora en la noche mismo, para mañana. Voy a salir a la fiesta.
Se iba a una fiesta.
-Por esto que ahora mismo he recibido una llamado telefónica y al toque me fui a Piura. A llevar la carga. Tengo que preparar, seleccionar la ropa, repartir. y entonces que le dijo el amigo:
-Bueno pues, vamos a ir, voy a sacar el carrito para
ir.
Ha sacado la camioneta. ¡Dijese! que ha habido un chiquito de esos que venden pan, era de Chulucanas y que ningún carro lo quiso traer. ¡Fijase! pobrecito el chiquillo, allí estaba con su canastón de pan sin pan ya que habla vendido todo su pan. Pero alzaba la mano para que lo traigan los carros y ninguno lo habla querido traer. Entonces e] chiquito estaba por allí por la carretera esperando que tal vez lo traiga un carro.
Dicen que alzaron la carga. ¡Vamos!, ¡vamos!, venían conversando de cosas algo por el estilo.
-Señor. Lléveme a Chulucanas. Dijo.
Dijo el señor que se venia con la carga:
-Oye, hay que llevar al chiquito, pobrecito. Como se busca la vida acá. Así desde chico se aprende a trabajar y como se sufre, no. Hay que llevarlo hombre. Hermano, dile que suba su canastón allá arriba.
-Ya. ¡Sube!
Subió el chiquito atrás.
Que le dijo el dueño del carro:
-no. dile que suba acá adelante.
-Ven. Ven, sube acá.
Y lo puso en medio de los dos. Y bueno se vinieron del Cincuenta a Chulucanas.
Conversaban. Y en todo e] cruce, dende dice “Feliz viaje” hay un cartel allí que dice “Feliz Viaje”, dice que allí venia. Cuando en el foco del carro veía una mujer, toda vestida de negro, que se le cruzaba en la pista, pero que se le arrastraba el pelo, todavía arrastraba el pelo desde allá,
Que dijo.
—Hermanito, ¡la viuda!
Zuunm! ha hecho un quiebre en e] volante y otra vez entra en la carretera. Que le dijo el dueño del carro:
— ¡NO la mires hermanito! ¡No la mires!
Dice no mas que le pisaba el acelerador Del carro y se ha embalado a Chulucanas. Dice que le dijo:
-No la mires, porque si no, hoy te priva.
Y él dice, que cuenta que nunca en su vida había visto
Dice que tentó, tentó por mirarla. ¡Uyy! la miró, dice que allí venia la mujer, que como que le rasguñaba el carro. ¡Uyy! que se embaló, se vino. Nos ha seguido un buen trecho.
y llegaron acá en Chulucanas, que dijo el dueño del carro:
-No,. Dijo, aquí me das posada, yo no me voy, ni por vainas al Cincuenta.
Dice que al otro día. Comentaban que todo eso. Dice que dijo el señor:
Yo nunca había oído decir que sale la viuda, que sale la huaca, que el muerto, que tanta cosa, pero ahora yo
he Visto.
Ellos pensaban y decían:
Que tal que si no hubiéramos traído al niño.
Que la salvación de ellos ha sido el panadero. El niño panadero que lo Traian en medio. Porque este niño representaba un ángel todavía que asusta a la viuda, no dejó que le pase nada. Y piensan que todos estos muertos que hay por allí, que no se sabe nada como se mueren, que amanecen muertos, que cómo se chocan. Unos piensan que es la huaca que los hace chocar. Porque allí, en el cerro, entre Chulucanas y Vicús, hay muertos, que aparecen muertos motociclistas y no se sabe cóMo murieron, cómo se chocaron. Por eso que piensan que gracias al niño se salvaron; si no, hubieran chocado.
LAS CUIDADORAS.
Esto escuché de un señor. Siempre cuentan en los chicherios que Iba este señor y se queda a tomar en la Encantada. Y el tenia un burro que era burro hechor. Le llaman burro hechor al burro que se crío con las yeguas desde Chiquito. Entonces caza solamente a las yeguas, para obtener la cría: el macho o la nula. Bueno, este señor estaba con su hechor, estaba tomando en la Encantada. El burro se suelta de la soga y se corre, como era del campo, se va corriendo al campo en busca de yeguas. Y este señor lo sigue.
Ya anciano, no avanzaba a caminar mucho y al momento que sigue al burro, nadie lo ayudó a seguir. Pues era el dueño, no más que se fue. Llega al Zanjón. En La Encantada hay un sitio que se llama el Zanjòn, que es lejos ya, es lejos, queda hacia afuera. El ya no lo seguía al burro. Si no que lo seguía por el rastro y por el arrastradero de la soga. Y allá se le metió por la loma de Gamaraz donde ha habido bastante huaco. Y de ahí, este señor. Hubo una parte en que se le confundió los rastros ya. Andando busque y busque. Entonces, allá ve que el burro habla guaneado, el guano fresquito. El lo vio, dijo:
—i Esto es el burro! ahí está, recién ha guaneado.
Se iba solito, sin miedo decía él. Un señor que no tenía miedo, nada, allí iba por Gamaraz. La loma de Gamaraz donde dicen que asusta también.
Y de repente, él. Que iba así caminando, cuando escucha que alguien conversaba por esa loma solitaria. Oscura y que dice;
-¿quién es ésta que habla por aquí?
Voz de mujer, en eso sanaba como quien va contando plata. Como quien cuenta monedas, una, dos. Tres... Dice que se quedó escuchando el sonido de la plata y se escondió entre los matorrales, entre sapotes y árboles. Había una luz amarrilla y miró, eran dos viejitas. Bien ancianitas, con su ropa bien viejita que sacaban la
plata por un lado y la llevaban por el otro y allí la contaban.
El señor pensó:
-Esto no es cosa de este mundo, estas son las cuidadoras de la loma del Gamaraz. Porque cómo están ahí cuidando.
Dice que agarro y se fue. Allí se quedaron las viejitas que contaban la plata. Se fue siguiendo su burro, no más las vio ya.
EL PERRO NEGRO.
El perro negro es un cuidador de un entierro, me dijeron. Yo pedí una explicación una vez.
¿Y por cuidador?
Me dijeron mis abuelitos:
ve en antes cuando tenía bancos, la gente vendía sus animales y esa plata no la tenían en la casa. Allí en las casas sino la. Iban esconder, por decirle a esa loma. Solo el dueño de la plata sabía donde estaba la plata. Iba en una ollita Tenia la costumbre, para el secreto, para que no hallaran la plata, le enterraban con una cabeza de perro ò un cuero de gato. Este Cuero se lo sacaba y lo cosían y ya servía como bolsa, este cuero. Enterraban allí la plata. Y entonces, si el dueño se moría y no daba a saber que allí quedaba un entierro. Entonces con el tiempo salía un gato. Pero era el cuidador de este dinero. El perro era también cuidador de un dinero. Le ponían solo la cabeza de un perro negro. Al salir, ya no salía la cabeza sola, si no todo completo.
EL PERRO NEGRO Y LA FAMILIA DE MARCELINO CHIROQUE.
Fíjese que una señora vivía cerca de mi casa. Justamente estaba hablando con el señor hace poco, con él esposo de esta finada. Dice que cuando ellos estaban durmiendo llegaba un perro, un perro negro, orejas grandes, de pecho blanco como lanudo y rabo bande rudo, pero enrollado por arriba. O sea, creo que entiendo este perro siempre asustaba a la finada mujer. La despertaba que le lamia dice la cara. Se despertaba y era un perro negro y nadie lo corría a este perro y tenía unos perros que les cuidaba y más bien no lo mordían. Se .ponían a aullar. Se sentaban los perros a aullar dice, no lo mordían como un perro cuando no conoce a otro perro que viene de afuera, se encarachan. O sea se pone malito y se pone a pelear ¿No? Pero este no, mas bien se corrían, volvía con el rabo entre las piernas y se ponían a aullar.
Y así fue. La señora fue cayendo enferma, enferma y enferma, años se fue secando, secando. Y los curanderos le habían dicho:
-Un perro la llegaba a asustar. ¿Es verdad o no?
Dijo la señora:
-Si es verdad. Me llegaba a asustar.
- y no sólo lo has visto si no todos en tu casa lo han visto.
-Si verdad.
-Y e que todos en su casa pues lo vieron siempre salir. O si no tenia costumbre de lamer los platos. Por eso, aunque ustedes laven los platos, al otro día tienen, ustedes que volverlos a lavar.
-O sea que este perro te esta chupando la sangre. Es un perro cuidador de una huaca. Y dice que los curanderos le decía:
.ya no, ya no tiene remedio, ya se la ganó el perro.
Y cierto, murió la señora. Así como le habían dicho los curanderos.
-Va morir bien flaquita. Sequita, porque el perro se la chupé.
Y así fue, murió bien flaquita.
El perro volvió aparecer al señor. Al esposo. Dice que él un vez que estaba con la luz prendida. Durmiendo
Dice, cuando de repente •” ¡Tlac!” Le sentía los lengüetazos en la cara. Dice que despertó. El perro allí Dice que se agarro una pared y se fue dándole garrotazos. Lo que le daba garrotazos, los garrotazos, cuenta, que daban al aire. Nada. Pero él vela bien que le daba, pero
el palo cruzaba cono si cruzaba un humo. Dice que el perro saltó los cercos. Se lo siguió, dice a palos. Un perro distinto, dice, los demás perros .más bien se ponían a aullar. Se lo siguió del corral a la loma. Dice, y por allí se caían los chilalos, de miedo se caían. Dijo él.
-yo creo que esa es la cosa mala, voy a regresar.
Se regresó dice: y de ahí, dice que se hizo curar. De ahí, cambió su casa; vive por aquí no más. Se llama
Marcelino Chiroque, es un señor ya de edad. Dice que el siguió al perro negro, que lo vio así, despierto, que luchó y peleó con él.
- Este perro sale porque va asustando a varios. Asusta porque se le da la gana de salir a asustar, o el que encuentra cuando sale a pasear, lo asusta. Yo soné. Pero viéndolo en sueños, solo en mis sueños, sólo durmiendo y que de ahí donde
una casa que el caterpillar la barrió, por allí atrás. Por esa loma, ahí vive el perro. El perro era cuidador d un entierro de plata.
La mesa mala
Esto le ocurrió a un señor que se llama Marcelino Chiroque Ramos. Bueno él me cuenta que siempre cuando iba a huaquear, siempre encontraba piezas finas y hasta q soñaba un día encontrar algo más bonito aun. Y un día abriendo un canal de regadío aquí en huapalas, por un sitio que se llamaba Monte Zambo. Dice que estaba excavando, y que encontraron una olla. Una olio con tapa. Pero huaca, con bastante piedras finitas, piedras con figuras de peces, pero que brillaban estas piedritas.
Entonces dice que él ha comenzado a hacer bulla, a gritar a sus demás amigos el gritaba: ¡Vengan a ver! ¡Muchachos, Vengan a ver lo que me he encontrado! una olla con cosas adentro.
Entonces los demás muchachos, sus amigos los regadores y trabajadores, fueron a mirar. Y dice que vieron la olla y dijeron: ¡Es olla huaca, es mesa!
Entonces dice que los demás comenzaron a sacar y hubo uno que se llevó unas piedras, el se llamaba Pancho Paz. Aquel hombre se llevó las piedras a su casa junto con la olla.
Bueno naturalmente entró, las guardó en la maleta. De noche sonaban las piedras Trac.... ‘. Sonaban, sonaban En su maleta sonaban sólo de noche, como que brillaban, como chispas de candela. El señor pancho que se llevo las piedras cayo enfermo y murió bien sequito botando sangre, luego el señor Marcelino Chiroque Ramos, cayó enfermo, luego se hizo ver de un curandero.
El curandero le dijo: tu te as hallado un entierro de una mesa. Y esa es una mesa mala, son de los Inca, de los llamados gentiles, y es mala.
Que si era mesa buena no es tuviera el allí Habiéndoles daño a ustedes.
Bueno dijo el curandero: Te voy a curar, pero primero tráeme las piedras, tráemelas para primero arreglarlas y fresquearlas.
-unos de tus compañeros a muerto por que las piedras huacas se lo han comido, se a muerto bien seco, botando sangre. Y ahora se van a ir contra ti, si no te curas. También vas a morir así,
Luego se hizo curar y le llevó las piedras y se las entrego a este curandero.
Esto era una mesa huaca de los Incas, Porque también han existido los curanderos desde la época de los Incas. Posiblemente por un brujo malero que tienen poder hasta hoy. Tengo entendido que cuando las fresquean, comienzan a chuparse las personas que las tienen, ellas necesitan comer, absorber algo, y si las cojeen, al humor de uno se van, para eso el curandero las fresquea, las florece con agua florida, y él ya las toma a cargo, él ya sabe los secretos de éstas artes y quedan como para sus implementos de sus mesas.
EL Diablo de Vicús
El diablo es el demonio; no es huaca sino demonio. Se le conoce por que siempre anda ofreciendo dinero, que se le aparece a ala gente y las priva mejor dicho las desmaya. No esta en las lomas; sino en los cerros, Por ahí es en el cerro Vicús. También hay una cueva del diablo en el cerro ñañañique eso dicen, tanbien ay una marca en forma de pie impregnada en una piedra, por donde camina la gente, esta cerca en las faldas del cerro.
El diablo es diferente a los huacos, averigüe y le van o decir en el cincuenta y en el mismo Chulucanas, que tiempos atrás que hay compactados con el diablo de Vicús.
EL DIABLO Y EL CAMPESINO
Era un campesino que andaba por Vicús que busca de trabajo ya Que tenía sus hijos enfermos, más aun que no encontraba trabajo por ningún lado. Entonces este señor se fue a buscar trabajo muy lejos para las chacras.
En camino para la chacra se encontró aun señor sentado en una piedra, bien vestido, con camisa blanca, con botas y con sombrero chiquito. Bueno el campesino lo saluda: -buenos días señor. -buenos días, que buscas por aquí.
-Señor voy buscando chambita.
-¿sí?, ¿qué no hay trabajo? -No encuentro trabajo. No hay fíjese chamba que tengo a mis hijos enfermos y necesito plata y no hay trabajo. Me voy a esas chacras a ver si por ahí me dan trabajo, para pedir socorro.
Socorro así se llama cuando piden plata adelantado, ósea un adelantito.
-Bueno, sí quieras trabajo te doy. Yo tengo trabajo. - ¡No! Sí en verdad entonces Déme trabajo, pero a ver si me da un adelantito.
-Ya hombre, te puedo dar. Mira, ándate por este camino, cruza una puerta, la tercera puerta. Ahí vas a encontrar una casa y entonces llegas de parte mía, de parte del Patrón. Vas que te den plata, lo que tú quieras.
-¡ah Ya señor, muy bien!
Se ha ido este campesino. Ha llegado a una puerta, una puerta que no había Visto él; es que él no había visto por el camino. Ha cruzado esta puerta, luego otra, la tercera, allí vio gente, el campesino les dijo el señor:
-Sabe que vengo de parte del Patrón; Que si me podrían dar un adelanto que me den plata, plata que voy a trabajar aquí.
-Ah, ya, pero pasa adelante le dijeron.
Dice que le sacaron unos paquetones de plata.
-¡Abre tu alforja! ¡Plaf!, le echaron la plata en la alforja.
El campesino se asombró de tanta plata, paquetones pues de plata, que su alforja casi la llenan. Y él se regresó otra vez y dice que todavía veía al señor allí sentado.
-Ya te dieron la plata, ya anda, anda pero no te vayas a quedar. Tú tienes que venir aquí mañana, cuidado con quedarte.
-No señor, Mañana llego a trabajar.
-Ya pues, anda, lleva esta plata a tu casa, guárdala.
-muy bien le dijo, ¿Por qué me habrá dado tanta plata? Se dijo y se vino a pie.
En esa época rondaban los tenientes, los tenientes gobernadores rondaban.
Y entonces lo encontraron a este señor con la plata, y
el teniente, creyendo que era un hombre que andaba robando, lo capturo.
¿Y de donde has sacado toda esta plata?
No sé. Me la ha dado un señor allí.
¿Cual señor?
—Un señor ahí que me ha dado plata para que mañana le trabaje.
-¡No! tu andas robando dijo. ¿De dónde eres? ¡No! esta plata va conmigo dijo el tal bayona así era el apellido de este señor que le quito la plata, diciéndole: ¡Tu eres un ladrón!, te andas robando la plata.
Luego lo corrió al campesino, al ver esto el campesino se ha regresado.
Se cree que este señor Bayona le había quitado la plata a este campesino. El campesino se vino e darle a saber al señor, al cual Lo encontró todavía ahí sentado.
El campesino Le dijo: Señor sabe que le vengo a dar una mala noticia. -¿cual es?
-Fíjese que me encontró el teniente y dice que plata era robada y me la ha quitado Todi titita.
-Ah, dice:
-Recién te has salvado dijo, recién t te has salvado, pero él que te ha quitado la plata, ese se va ir conmigo. Anda que te den plata otra vez, pero esta es para ti ya.
Tú estas salvo. Llévate ésta plata para ti ya.
Ha ido este señor y le han dado otra vez, y ésta se la ha llevado a su casa.
Justamente En esos días: ¡Pruu.. ! Amaneció y Jo hallaron botado al teniente, que no hablaba hasta que murió. Pero estuvo años y años, solo se secó de la cintura para abajo y no habló. Y creen, tienen entendido que quien sabe, quizás fue que le quitó la plata a este campesino de Vicús y que e diablo lo mató, lo enmudeció para siempre, el diablo de vicus lo enmudeció y murió.
EL DIABLO Y EL BORRACHO.
Dicen que este señor iba bien borracho, por el camino ya bien de tarde ya. Cuando de repente es que lo alcanza un automóvil bien serenito. DICEN QUE HIVAN unos gringos:
-¡OH! dijeron. Plantó el borracho.
-amigo, ¿qué dice? -Señor, ¿qué dijeron? ¿A donde va?
-Aquí no mas. Me voy a mi casita, vengo de acá y me voy
al Cincuenta.
Al cincuenta ò a Vicús, total por esos Lares vivía.
-Suba, suba, por allí lo llevamos.
-¡Ah qué bien! dijo. Me voy en carro ya. Gracias al señor, muchas gracias.
Un carro pero que brillaba nuevecito. Y de repente dice que cuando el estaba arriba en el carro, ha cerrado la puerta dice:
—Gracias a Dios que me voy a ir en carro.
Que al dar arranque el carro
¡Pruwnrn...! El borracho Cayó sentado a la tierra. O sea que mentó a Dios y ¡plac! Se desapareció el carro.
O sea que la palabra de Dios es muy sagrada. Que no se salio con la suya el diablo de Vicús.
Muy buenas historias
ResponderEliminarSi que hacen dar miedo tus historias narra más
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarmuy buenas historias .. cuando me la contaron ya no quise regresar a chulucanas ...y así como esas historias hay muchísimas mas que podrian darte un miedo horrible ..
ResponderEliminarJusto estaba Buscando las historias de mi abuelo y ya lo confirme es verdad lo que me dijo mi mamá de su abuelito
ResponderEliminarPero hay más historias que mi mamá me contó de su abuelito de como se creo el pueblo de la encantada y todo eso
ResponderEliminarBuenas mitos... De mi pueblo 👍
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